Fernando VII fue uno de los reyes más polémicos y controvertidos de la historia de España. Su reinado, que abarcó desde 1808 hasta 1833, con una breve interrupción entre 1810 y 1814, estuvo marcado por las guerras, las conspiraciones, las intrigas, las revoluciones y las traiciones. Fernando VII Primera traición Fernando VII traicionó a su pueblo en varias ocasiones, tanto por acción como por omisión, y se ganó el apodo de "el rey felón" por su falta de lealtad, de honradez y de respeto a la Constitución y a las Cortes. La primera traición de Fernando VII se produjo en 1808, cuando se alió con Napoleón Bonaparte para derrocar a su padre, Carlos IV, y hacerse con el trono de España. Fernando VII aprovechó el descontento popular contra Carlos IV y su valido, Manuel Godoy, que habían firmado el Tratado de Fontainebleau con Francia, permitiendo el paso de las tropas francesas por territorio español para invadir Portugal. Fernando VII encabezó una conjura palaciega contra su pa
La producción pictórica de Beruete se centra exclusivamente en el paisaje, pintando siempre del natural fiel a la estética plenairista.
Su estilo evolucionó del academicismo, con trazos pesados y minuciosos a la pincelada suelta y vivaz del impresionismo.
En 1877 se casó con su prima María Teresa Moret y Remisa naciendo de esta unión un hijo llamado igualmente que su padre y quien años más tarde será el primer director del Museo del Prado que no era pintor.
Su
holgada situación económica le va a permitir dedicarse de lleno a la pintura.
Así, su carrera
oficial y pública como pintor se inició en 1878, cuando llevó su obra
"Orillas del Manzanares" a la Exposición Nacional de Bellas Artes, y
obtuvo con ella una tercera medalla (en 1901 y 1904 obtuvo sendas segundas
medallas).
También ese año acudió a la Universal de París (y a la de Viena en 1882 y Chicago en 1893, siendo además, fue jurado de las Universales de París de 1889 y 1900). Durante su estancia en la capital francesa el pintor Rogelio de Egusquiza le presentó a Martín Rico, quien le introdujo en los círculos de paisajistas plenairistas y le puso en contacto con la Escuela de Barbizon. Desde entonces, recorrió Europa (sobre todo Gran Bretaña y Países Bajos) y conoció de primera mano el Impresionismo, contando entre sus contactos personales a pintores como Claude Monet.
Beruete también tuvo como amigos a otros famosos pintores españoles de la época. Además de Martín Rico, lo fue de Ramón Casas y de Joaquín Sorolla quien le pintó dos de sus mejores retratos y organizó en su palacete madrileño la primera exposición antológica del artista tras su repentina muerte.
Coleccionista y ensayista
Aureliano
de Beruete (1845-1912) nació en Madrid en el seno de una familia acaudalada y de posición
social alta.
Mientras
cursa Derecho (se doctoró en Derecho Civil), entre 1864 y 1867, también acude a
las clases de pintura de caballete del profesor Carlos Múgica e igualmente será
copista en sus visitas al Museo del Prado.
Pero este inquieto artista en ciernes iniciará asimismo una carrera política en la década de 1870 como diputado electo en Cortes (llegó a ser diputado en las legislaturas de 1871 y 1872). Sin embargo, el Golpe de Estado de Pavía (1873) le hará retirarse definitivamente de esta labor para dedicarse desde entonces y hasta su muerte a pintar paisajes, coleccionar obras y escribir ensayos de arte.
Pero este inquieto artista en ciernes iniciará asimismo una carrera política en la década de 1870 como diputado electo en Cortes (llegó a ser diputado en las legislaturas de 1871 y 1872). Sin embargo, el Golpe de Estado de Pavía (1873) le hará retirarse definitivamente de esta labor para dedicarse desde entonces y hasta su muerte a pintar paisajes, coleccionar obras y escribir ensayos de arte.
En 1874
consigue entrar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid para
formarse como pintor. Allí será alumno del afamado paisajista Carlos de Haes.
Con él, iniciará, además, una amistad reforzada por los numerosos viajes
plenairistas que comparten por la
Sierra del Guadarrama y otras zonas de España.
En 1877 se casó con su prima María Teresa Moret y Remisa naciendo de esta unión un hijo llamado igualmente que su padre y quien años más tarde será el primer director del Museo del Prado que no era pintor.
También ese año acudió a la Universal de París (y a la de Viena en 1882 y Chicago en 1893, siendo además, fue jurado de las Universales de París de 1889 y 1900). Durante su estancia en la capital francesa el pintor Rogelio de Egusquiza le presentó a Martín Rico, quien le introdujo en los círculos de paisajistas plenairistas y le puso en contacto con la Escuela de Barbizon. Desde entonces, recorrió Europa (sobre todo Gran Bretaña y Países Bajos) y conoció de primera mano el Impresionismo, contando entre sus contactos personales a pintores como Claude Monet.
Beruete también tuvo como amigos a otros famosos pintores españoles de la época. Además de Martín Rico, lo fue de Ramón Casas y de Joaquín Sorolla quien le pintó dos de sus mejores retratos y organizó en su palacete madrileño la primera exposición antológica del artista tras su repentina muerte.
En 1883
inicia su serie de ilustraciones para los Episodios Nacionales de Galdós. Para este escritor también
recreó en un lienzo Orbajosa, la villa imaginaria creada por Galdós como escenario de su novela Doña
Perfecta, cuadro que le regaló y que se conserva en la Casa-Museo del
escritor en Las Palmas de Gran Canaria.
Expone
en Buenos Aires (1904) y participa en la Exposición Internacional de Barcelona
en 1907. Al año siguiente es nombrado miembro de la Hispanic Society de Nueva
York.
Estilo
Fue un
viajero incansable, tanto dentro como fuera de España, viajes que le
inspirarían para pintar sus paisajes, aunque más asiduamente de los alrededores
de Madrid y en especial en las cercanías de la sierra del Guadarrama.
Beruete
lleva a cabo su dilatada producción directamente del natural (como alumno y
seguidor de Haes, al principio toma apuntes del natural y luego finaliza la
obra en su taller).
Los expertos califican su estilo como sobrio y realista, inspirado en el naturalismo velazqueño más sintético, aunque esto a partir de 1891 (su segunda etapa artística), abandonando así de forma definitiva el academicismo en la composición del paisaje de su maestro Haes.
Los expertos califican su estilo como sobrio y realista, inspirado en el naturalismo velazqueño más sintético, aunque esto a partir de 1891 (su segunda etapa artística), abandonando así de forma definitiva el academicismo en la composición del paisaje de su maestro Haes.
Paradójicamente,
a medida que su arte crece y se personaliza su pintura, disminuye la estimación
por ella en las exposiciones a las que concurre.
Aún los
expertos concluyen que en Beruete hay una tercera etapa, a partir de 1903. Un
giro que le llevará definitivamente a la estética impresionista, circunstancia
que se ha relacionado con su amistad con Darío de Regoyos.
Su pincelada de la primera época es precisa y académicamente más pesada, pero evoluciona hacia unas formas más fluidas, más cercanas al estilo impresionista en su última etapa.
Su pincelada de la primera época es precisa y académicamente más pesada, pero evoluciona hacia unas formas más fluidas, más cercanas al estilo impresionista en su última etapa.
Los
encuadres recogidos y apartados de sus primeras obras dieron paso con el tiempo
a las composiciones abiertas y luminosas.
La
plástica de Beruete y su visión del paisaje se ha asociado a la filosofía del regeneracionismo que impulsó la Institución Libre
de Enseñanza de Madrid a la que estaba estrechamente vinculado (fue profesor
allí y protector) y a la poética de la Generación del 98, a partir de la estética
castellana y su historia.
Además de pintor de paisajes, Beruete fue un importante
coleccionista de arte. Entre otras muchas importantes piezas, poseyó, por
ejemplo, el dibujo que hizo Miguel Ángel para la "Sibila líbica" (hoy
en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York) o "La expulsión de los mercaderes del
templo", del Greco (Nueva York, The Frick Collection).
En los
últimos años de su vida escribió algunos breves tratados sobre pintura y
pintores, entre ellos una de las primeras monografías sobre Velázquez, cuya primera edición se
hizo en París en 1898.
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